La meditación es un
proceso mediante el cual conectamos con nuestro Yo más elevado, el Todo. Para
ello debemos relajar el cuerpo y desacelerar la actividad mental, todo ello
mediante una respiración profunda y lenta.
En la meditación el objetivo es dominar
la mente para que cese su actividad, llegando a desvincularnos de todo pensamiento,
sintiéndonos libres sin las ataduras del mundo físico, y abstrayéndonos de la
dimensión temporal.
Se trataría simplemente de Ser, de
existir, limitándonos a ser simplemente lo que somos en esencia: consciencia.
Practicar ejercicios de meditación a
menudo resulta muy beneficioso para cualquier persona, Proporciona una sensación de paz mental y corporal
que se prolonga cada vez más, llegando a ser, con el tiempo, un aspecto de
nuestra personalidad.
Vivir con una mente tranquila nos
habilita para ver las situaciones con mayor claridad y así poder tomar las decisiones
correctas en la vida.
Las primeras practicas pueden resultar
desconcertantes, porque acallar la mente es un trabajo complicado. Al principio
la mente mostrara imágenes continuamente, cantará canciones, mostrará
recuerdos, imaginará situaciones,... No hay que enfadarse con uno mismo por no
conseguir el objetivo, eso sólo empeora la situación. Hay que limitarse a ser
consciente de como se resiste la mente, y eso nos servirá para entender cómo
funciona.
La resistencia de la mente a relajarse nace
del hábito. El estructura mental creada por el ego y almacenada en el
subconsciente, nos permite realizar cualquier actividad en un segundo plano. Es
como cuando estamos pensando a nivel consciente en alguna situación y seguimos
realizando una actividad como si hubiésemos accionado el piloto automático.
Una buena forma de dominar nuestra
mente es intentar ser conscientes en todo momento de nuestros pensamientos y
acciones. Trabajar desde la consciencia nos da poder sobre el ego, dejando de
actuar y reaccionar por asociaciones llevadas al subconsciente carentes de un
previo análisis a nivel consciente. Si nos dejamos llevar le otorgamos poder al
ego, y vivimos según su realidad, formada por una información sin evaluar. Sin
embargo, si empezamos a tomar consciencia de todo aquello que hacemos y
pensamos, empezamos a coger las riendas en nuestras vidas y guiarlas hacia
donde queremos.
La meditación será una gran herramienta
para conseguir ese control sobre nuestra mente, pero para ello deberemos
aplicar en nuestro intento una de las mayores de las virtudes, la paciencia.
Sera importante perseverar, ya que para cada cual es distinto el tiempo que le
puede llevar el control sobre su mente.
Pero merece la pena el esfuerzo. Les
invito a practicar la meditación. Con el tiempo les cambiara la forma de vivir,
verán todo lo que les rodea desde una perspectiva diferente.
Y recuerden que la meditación es un
medio para sentirse parte del Todo del que formamos parte, del todo que somos,
todos y cada uno de nosotros.
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