El sexo es la búsqueda
del sentimiento de integración de las polaridades masculina y femenina.
El éxtasis al que se llega fruto de esa unión, es la
sensación de la integración de las polaridades.
El hombre, como polaridad masculina, buscaría unir su
energía con una de la polaridad femenina. Y viceversa.
Como tentación, el sexo es la búsqueda sencilla de esa
sensación, poco duradera, a la que se llega complementado una carencia interior
con algo externo, la otra polaridad.
La polaridad contraria debe ser integrada desde el interior,
y es uno mismo el que debe integrar ambas polaridades en sí mismo, llegando al
sentimiento de unidad.
Para ello debe hacerse consciente de que la parte contraria
a su polaridad está en su interior, aceptándola e integrándola en su ser.
Solo entonces podrá llegar a sentir la unidad en sí mismo, sin
dependencia externa.
La energía sexual es una energía muy poderosa que debería
utilizarse con la consciencia de lo que supone. La energía sexual provoca la
apertura de un portal dimensional, preparando el acceso a una consciencia que debe
adentrarse en la realidad 3D, aguardando el momento de entrar en el nuevo
cuerpo que se creará de la unión del espermatozoide y el óvulo, como resultado
de la unión de ambas energías.
Por tanto, esas energías abren portales, y cuando son utilizados
de manera incorrecta (sin la consciencia de que se realiza para crear el acceso
para que una consciencia encarne en un cuerpo físico que viene a experimentar
en esta realidad 3D, con el fin de continuar con su evolución), entonces sirven
de acceso a otro tipo de entidades etéreas de otras dimensiones no fisicas.
También a través de esos portales, ciertas entidades pueden aprovechar las
energías emanadas en el acto sexual, energías densas, de baja vibración, como
alimento, o para otros fines.
La energía sexual es de una vibración densa porque supone la
bajada de lo espiritual a lo material. Y ello es necesario para poder ofrecer
un cuerpo físico para que una consciencia continúe su evolución en la realidad
física de tercera densidad.
Les invito a reflexionar porqué actualmente hay una
generalizada masiva actividad sexual percibida como algo positivo, y por qué se
observa un intento por parte de los medios de comunicación, de fomentar los
deseos de tener relaciones sexuales, socializando a las masas a tener un
concepto del sexo como un pasatiempo agradable, sin mayores consecuencias a
otros niveles. Hoy en día se programa a los niños con mensajes subliminales en
los dibujos para que despierten sus instintos sexuales, series para adolescentes
en las que aparece la búsqueda de una relación temprana como algo positivo y
casi necesario, películas para mayores en las que aparece la sugestión mental
de que el sexo es parte importantísima en las relaciones de pareja, la
pornografía en la red al alcance de cualquiera,...
Mi opinión es que por una parte la religión se encargó de
dejar en la sombra unos deseos sexuales que eran reprimidos, negados y
consecuentemente almacenados por el ego en el subconsciente (en lugar de ser aceptados
como instintos primarios y entendiendo el propósito de esos instintos,
controlarlos con la voluntad), para luego fomentar el sexo con todos los
mecanismos de control mental, provocando una liberación incontrolada de esos
instintos sexuales que habían sido reprimidos por generaciones, consiguiendo
que el sexo sea visto como parte esencial en la vida de las personas, y poniéndolo
de moda, consiguiendo que las actitudes correctas respecto al mismo se vean
como actitudes extrañas. Al entenderse como una actitud socialmente aceptada y
normal, el ego la adhiere a su personalidad como una parte de la misma, sin
cuestionarse la importancia real del mismo.
Como resultado podemos advertir que en estos momentos en el
mundo entero las personas emanan constantemente una gran cantidad de poderosas
energías sexuales, sin conocimiento de las consecuencias que ello puede tener,
cuando como ya dijimos estas energías pueden provocar la apertura de la capa o
velo que limita las diferentes dimensiones, donde habitan entidades a las que
facilitamos de alguna manera el contacto con nuestra dimensión.
Seria conveniente que fuésemos cuestionando los valores que
se nos han inculcado a fin de establecer nuestro propio sistema de valores para
liberarnos de la programación a la que somos sometidos.
Quiero recalcar que cada uno debe elegir las acciones que
toma con libre albedrío, pero para ello es parte muy importante tener
conocimiento real de las consecuencias de sus actos. Para ello hay que llegar a
la verdad que se esconde detrás de lo aparente, una verdad a la que podemos
llegar a través de la intuición de la conexión con nuestro yo más elevado.
Cuando somos conscientes de la verdad, entonces actuaremos
con conocimiento. Las acciones que se elijan posteriormente determinaran el
camino que cada uno elija tomar hacia la parte o la unidad, no siendo una de
ellas mejor que la otra, sino una evolución por diferentes caminos hacia la
unidad desde dos perspectivas distintas, que en el fondo son ambas indivisibles
y una misma.
Y recordad que cuando nos hacemos conscientes de que
formamos parte de algo tan grande, de que somos Uno con el Todo, entonces
entendemos que dar es recibir al mismo tiempo y que el amor al prójimo es el
amor a uno mismo.