lunes, 16 de febrero de 2015

El tiempo


         El tiempo es una dimensión que percibimos de forma lineal y que nos sirve para que los eventos se sucedan uno tras otro.

         Si el tiempo es una percepción ilusoria de nuestra realidad 3D, entonces aparecerían muchos interrogantes.

         Sin el tiempo no habría consecuencias y por lo tanto no habría miedo a las mismas. Así que podemos concluir que el miedo es producto del tiempo. El miedo seria entonces otra ilusión. Porque realmente sentimos miedo ante un evento que está por llegar, es la incertidumbre ante un hecho que aún no ha sucedido, aunque al parecer todo sucedió en un mismo momento.

         Sin el tiempo no habría evolución, al menos como nosotros la entendemos, ya que la evolución nace de un aprendizaje. El aprendizaje es producto de una situación pasada, y sin el tiempo no cabría reflexión posterior. Así que la evolución no sería tal, sino que todos los estados evolutivos se manifestarían en el mismo instante. Quizá por ello podemos conectar con nuestro yo superior, entendiendo que ya está presente en nosotros mismos, aunque lo percibamos como algo lejano, o que está por llegar.

         Si el tiempo es una ilusión de nuestra limitada percepción y todo sucede en un mismo momento, en el eterno presente, entonces la causa y el efecto tienen lugar al mismo tiempo. Un efecto o consecuencia es parte de la causa. Ambas coexisten juntas, y son indivisibles. Entonces según nuestra limitada percepción, con un tiempo lineal, podemos prever la consecuencia, ya que una acción lleva una causa en sí misma, aunque la percibamos en un momento temporal posterior.

         De ser así, lo que percibimos como futuro ya habría sucedido (o mejor dicho estaría sucediendo en el ahora), y por tanto no tendríamos capacidad de elección, o ya habríamos elegido en el momento único e infinito del eterno presente. De ser así, y si ahora mismo no tenemos mucha capacidad de elección, ¿qué sentido tendría estar viviendo?, ¿cuál sería el aprendizaje? Es muy posible que estemos aquí para intentar entender porqué hemos hecho las elecciones que ya han sido tomadas. Esa es una posible respuesta.

         Quizá no se trate pues de elegir, sino de entender porqué elegimos aquello que ya hemos elegido.

         La dimensión temporal tal y como la percibimos, nos estaría limitando hasta límites insospechados.

         Les invito a reflexionar sobre esto y hasta qué punto podemos ser fácilmente manipulables con esta ilusoria percepción temporal, sintiendo un continuo miedo ante un futuro incierto, temiendo por las consecuencias de nuestros actos, las cuales nos hacen permanecer inactivos.

         Vivimos en una realidad de ilusión, donde percibimos división constantemente. Percibimos división entre todo lo manifestado, viéndonos separados del Todo al que pertenecemos, y también lo percibimos todo separado por una línea temporal de eventos que parecen estar distantes entre sí, sin percibir el nexo de unión que hay entre todos ellos.

         Háganse conscientes de la ilusión, y siéntanse libres en este Todo al que pertenecen, en este eterno presente.

         Y recordad que cuando nos hacemos conscientes de que formamos parte de algo tan grande, de que somos Uno con el Todo, entonces entendemos que dar es recibir al mismo tiempo y que el amor al prójimo es el amor a uno mismo.

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