lunes, 9 de marzo de 2015

Las relaciones


        Las relaciones son producto de la intención de un ser de establecer una conexión con otro ser, en la cual ambos se conectan y entre ellos se produce un intercambio energético.

         En las relaciones se produce un traspaso de energía de un individuo a otro y viceversa.

         Las personas realizan ese intercambio de forma inconsciente.

         Cuando se produce una comunicación entre dos personas, se produce un flujo de energía que circula entre ambas. Ese flujo de energía es el resultado de la atención que una persona centra en la otra.

         Cuando una persona emite una información a otra, el emisor está mandando energía en forma de información, y el receptor de esa información devuelve esa energía al emisor en forma de la atención prestada. Prestar atención es mandar energía al emisor para que tenga suficiente energía para poder expresar la idea con claridad y sea más fácilmente entendible por el receptor.

         Entre el emisor y el receptor se produce una retroalimentación continua que hace que la energía de ambos permanezca en equilibrio.

         Si el receptor no tiene interés en la información, deja de prestar atención con la consiguiente falta de retroalimentación energética hacia el emisor. El emisor sentirá una dificultad para transmitir la información debido a que su energía disminuye y se produce un desequilibrio energético.

         Las personas, como centros energéticos, tienen dos opciones a la hora de conectarse a una fuente de energía:

- conectarse a otra persona o centro energético.

- conectarse al Todo, a la fuente principal.

         Cuando una persona se conecta al Todo, se desconecta automáticamente de otra individualidad o ser, y se alimenta directamente de la fuente principal cuya energía es ilimitada. La fuente mantiene a la persona en un estado energético óptimo. La conexión con la fuente principal atenúa la influencia del ego con sus respectivos programas. Uno está más cerca de su auténtico ser.

         Pero las relaciones entre individuos son necesarias y aportan aprendizaje, sobre todo porque actúan como un espejo, para así poder llegar al conocimiento de uno mismo.

         Como ya se indicó en el artículos relacionados con el subconsciente las personas atraen lo semejante, personas similares y con programas complementarios. Las personas que desempeñan el papel que tienen programado en el subconsciente y se sienten atraídas por personas que complementen ese programa, porque supondrá una fuente de energía individual. Por ejemplo, una persona que lleve un programa de abusador, sentirá atracción por una persona que lleve un programa de víctima. y viceversa. A nivel energético el abusador intimidará a la víctima y ésta a través de la sumisión cederá energía de forma inconsciente al abusador para que se recargue energéticamente y deponga su actitud. Pero la víctima también juega su papel y su estrategia para conseguir energía será la de causar pena o lástima al abusador que devolverá parte de esa energía a la víctima. En este caso concreto ambas personas se retroalimentan y sus programas se complementan para equilibrar sus niveles de energía.

         Como ven, aunque no percibamos el flujo energético entre las personas, éste es muy importante para entender el motivo por el cual puede no gustarnos algún tipo de personas o acción que cometa o que sintamos rechazo hacia la misma.

         Cuando una persona intenta llamar la atención, busca que le den energía, hecho que se produce en el momento en que alguna o algunas personas centren su atención en el individuo en cuestión. Esas personas se enfadaran, no estando interesadas en la información que se les está ofreciendo, porque entienden que se les está robando la energía.

         Si bien la conexión con las personas es de vital importancia para el autoconocimiento, o conocimiento del programa que lleva cada uno, ya que de la interacción se puede advertir qué estamos atrayendo y por tanto cuál es su complemento, es conveniente no convertir estas conexiones en adictivas, optando en mayor medida la conexión con el Todo o fuente principal.

         En la conexión con la fuente principal, también podemos acceder a información, la cual llega a través de la intuición. Además esta conexión nos permite mantener un nivel de energía óptimo permitiéndonos elevar la frecuencia hacia estados de consciencia más elevados, más cerca de nuestra verdadera esencia.

         Las relaciones también pueden convertirse en adictivas cuando supongan una dependencia. Cuando una persona dice sentirse tan "enamorada" de otra, por el hecho de no poder vivir sin ella, está manifestando una clara dependencia hacia la misma, siendo una relación adictiva, sin la cual esa persona cree no poder satisfacer sus necesidades energéticas.

         Permanezcan en equilibrio, no dependan de nadie, puesto que es una ilusión, ya que esa persona de la que creen depender es parte de usted y ambos forman parte del Todo del que todos formamos parte. Aléjense de la ilusión y permanezcan unidos al Todo indivisible.

         En consecuencia, podemos establecer que la unión a otra persona es ilusoria, unión a una parte que no es individual, y es esa ilusión o percepción errónea de sentirse separado de la Unidad. lo que hace que nos desconectemos de la fuente inagotable de energía.

         Y recordad que cuando nos hacemos conscientes de que formamos parte de algo tan grande, de que somos Uno con el Todo, entonces entendemos que dar es recibir al mismo tiempo y que el amor al prójimo es el amor a uno mismo.
 


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